Él rubio, un vez estando dentro de la habitación, se tomó unos breves minutos para sí mismo antes de abrir sus ojos.

Cuando los abrió, se encontró con Taehyung dormido sobre la cama y un jadeo dejó sus labios a la vez que se acercaba a su novio.

Estába dormido y mucho más pálido de lo normal. Bajo sus ojos habían unas terribles ojeras, los huesos de sus clavículas eran bastante notables, sus muñecas estaban atadas a la cama con unas correas y se podía ver que estaban un poco lastimadas. sus bonitas faldas de colores y lindas camisas fueron reemplazadas por una horrible bata azul de hospital.

Las ganas de llorar lo invadieron inevitablemente y dejó que las lágrimas comenzaran a bajar silenciosamente por sus mejillas cuando acarició el cabello descolorido de Taehyung y unía sus frentes.

-Tete, mira lo que te han echo.- Su voz salió en un susurro que desgarró su garganta. -Te extraño, bebé. Te extraño muchísimo. El apartamento se siente tan vacío sin ti, no sé porqué siquiera sigo allí.- Reprimió sus sollozos. -No había venido antes porque los hijos de puta de tus padres me prohibieron venir a verte, estoy acá gracias a Soojin; Si no fuese por ella probablemente no te hubiera visto más nunca.- Se separó un poco y besó la frente del chico, buscando su mano y tomándola como pudo. -He estado aquí todos éstos días, Taehyung, todos los días durante dos meses y no me permitían entrar. El estar sin ti ha sido un completo infierno para mi, y puedo imaginarme que estar aquí para ti ha sido lo mismo, Soojin me lo ha contado. ¿Por qué has dejado de comer, tete? sabes que eso no es bueno para ti, estás demasiado delgado, dios.- Humedeció sus labios y plantó un beso ligeramente en la mejilla de Taehyung. -Te amo, te amo, te amo.-

Jungkook sintió un apretón en su mano y sus ojos se abrieron, haciendo contacto con los verdes de su novio, que ahora se encontraban abiertos.

-Kookie, viniste.-